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EXPOSICIÓN: ARALAR, LA MIRADA DE KIRIKU

Casa Antonea, Lekuberri. Fundacion Astiz-Irujo. Abierto desde el 26 de junio de 2021.

Lekunberri acoge la exposición Aralar, la mirada de Kiriku en la Casa Antonea (Lekunberri) de la Fundación Astiz-Irujo. Una exposición comisariada por la Fundación y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Esta exposición refleja los objetivos fundamentales de la propia Fundación como son la promoción el estudio, mejora y conservación del patrimonio natural, medio ambiental y cultural de Lekunberri, el valle de Larraun y la Sierra de Aralar. El cuidado y respeto del entorno natural y el medio ambiente, y la divulgación de todo ello a la ciudadanía.

La exposición tiene como objetivo primordial acercar la historia de Aralar desde todas sus vertientes. Comenzando por aquellas pioneras expediciones que se realizaban desde finales del siglo XIX para investigar el paisaje, la geología y la biodiversidad. 

Además, también se realiza un recorrido sobre el cambio en el paisaje de Aralar en los últimos 100 años. La importancia del uso y explotación del paisaje y un acercamiento al trabajo de los carboneros, leñeros, pastores y ganaderos. Se exponen materiales etnográficos cedidos por Fermín Leizaola, la asociación Ondare y varios particulares de la zona.

Entre las piezas expositivas se encuentran materiales de las primeras investigaciones como fósiles marinos o instrumentos de trabajo de los años 40 que hacen referencia a investigadores de la época como Jesús Elósegui, Ramón Margalef, Joaquín Gómez de Llarena, José Miguel Barandiarán o Ramón Adán de Yarza. 

En el apartado dedicado a la biodiversidad veremos restos de animales como el cráneo de lince boreal (Lynx lynx) y el del oso (Ursus artos) y también animales taxidermizados, algunos extintos en la actualidad en esa zona, como son el desmán del Pirineo y el urogallo.  Pero la especie bandera y protagonista de la exposición es el quebrantahuesos conocido como Kiriku.

La mirada de Kiriku, es una mirada sin fronteras. Kiriku es un quebrantahuesos que se convirtió en icono de la biodiversidad de Aralar.  Este rapaz macho nació en la Foz de Arbaiun y se asentó en Aralar en el año 2011, más adelante en el 2016 llegó Muel, una rapaz hembra que también se asentó en la zona y en el 2017 llegó Eder. No han conseguido descendencia por ahora. Para nosotros ésta es una especie icónica que se encuentra protegida y que aporta una visión holística de la propia exposición. Una exposición que también reflexiona sobre el futuro, el cambio climático y los oficios pasados de la Sierra de Aralar.

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