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Descripción

Las plantaciones forestales presentan en Navarra una distribución mucho más exigua si la comparamos con las provincias de la vertiente atlántica del País Vasco. Antes de comenzar con la descripción de estas formaciones vegetales, interesa hacer un inciso en un aspecto básico que ha pasado desapercibido, las plantaciones forestales no son bosques: su composición, funcionamiento y demás aspectos se diseñan para el aprovechamiento de la madera, por lo tanto las plantaciones, en principio no pueden definirse como bosques. Tres aspectos destacan en las plantaciones forestales: son monoespecíficas, se apuesta por el aprovechamiento de una única especie, los árboles se colocan en hileras, en la mayoría de casos en densidades muy altas, y para terminar todos los ejemplares suelen tener la misma edad. Tras explicar todos estos aspectos, resulta fácil entender que estamos ante formaciones con menor diversidad biológica. Cabe indicar que no todas las plantaciones forestales influyen de la misma forma, algunas plantaciones de árboles caducifolios, incluso algunos pinares, en comparación con los eucaliptales, son ambientes mucho más ricos en cuanto a biodiversidad, pero en comparación con las formaciones boscosas autóctonas, todas ellas producen una merma en el número de especies y abundancia de las mismas.

Las plantaciones forestales han sustituido a los bosques autóctonos, y ese proceso ha incidido en la conservación de la biodiversidad. En la década de los cincuenta del pasado siglo, el modo de vida de los baserritarras pasó del autoconsumo al régimen de mercado. Las tierras de labor, se sustituyeron sobretodo por plantaciones de pino de Monterrey (Pinus radiata), intentando sacar mayor rendimiento a las tierras. La mayor parte de plantaciones se realizaron en terrenos de titularidad privada, y así siguen más de medio siglo después. Las plantaciones forestales llegaron a su máximo en la década de 1950, desde entonces las plantaciones prosiguen, pero se han probado otras coníferas y/o árboles caducifolios foráneos, sin que aparentemente resulten rentables. En los últimos años la mayor parte de las plantaciones forestales se han visto dañadas por enfermedades, lo que unido a una rebaja del precio de la madera, ha propiciado dos tendencias: algunos propietarios han dejado sus plantaciones de pino sin cortar y esto ha traído un aumento de los pinares viejos, lo que ha provocado un aumento de algunas especies sobre todo las ligadas a la madera muerta como los escarabajos saproxílicos o los picamaderos, sin embargo otros propietarios han optado por sustituir sus plantaciones de pino por eucaliptos. El efecto del eucalipto en los ecosistemas y la biodiversidad ya se ha probado, empobrece la tierra, seca los arroyos y los encharcamientos, e incide en una merma de la biodiversidad, siendo para algunos organismos (los que presentan una movilidad reducida) una trampa ecológica.

Especies representantes

En este hábitat, resultad difícil definir un representante único, pero dado que hablamos del valle de Larraun, y viendo las plantaciones forestales presentes, se ha escogido el pino de Monterrey. El pino de Monterrey (Pinus radiata), es perenne. Las hojas denominadas acículas, son de forma de aguja, y crecen desde las ramas en grupos de tres unidades. Planta monoica. Los estróbilos machos aparecen en las puntas de las ramas, erguidos. Las hembras en cambio en grupos de 3-5. Los machos son amarillos, y las hembras de color púrpura. El estróbilo hembra al madurar forma la piña, y dentro de ella se esconden las semillas voladoras. Las plantaciones de pino de Monterrey se cortan a los 30-35 años. La madera se emplea sobre todo para crear la celulosa de papel, pero también para otros usos, por ejemplo en aserraderos para crear elementos útiles de construcción y embalaje.

Especies indicadoras

Tipos de plantación forestal

Elementos del paisaje ligados a las plantaciones forestales

El uso de la madera de especies no nativas para la creación de elementos del paisaje es ciertamente baja, si acaso se pueden llegar a emplear para cerramientos, estacas y demás elementos de división entre parcelas, por ello, se usa la madera de acacia sobre todo y la de pino en menor medida. A su vez, en algunos lugares se han creado elementos de paso como puentes y demás construcciones empleando madera de pino de Monterrey. Pero su uso puede llegar a ser testimonial no siendo muy empleado para crear medidas de conservación de la biodiversidad.

El abandono del campo, no sólo se limita a los cultivos de cereal y demás plantaciones de bajo porte, algunas plantaciones forestales se han abandonado, y algunos consistorios y/o asociaciones han visto en dicho proceso una oportunidad para realizar actividades de conservación del patrimonio natural. Por un lado se han creado acúmulos de troncos y ramas de pino de Monterrey, y otra actuación ligada con las plantaciones forestales, es el anillamiento de árboles para aumentar la madera muerta en pie de una plantación. Ambas actuaciones son beneficiosas para la biodiversidad, sobre todo para especies en declive como los escarabajos saproxílicos y picamaderos, pero a su vez pueden resultar beneficiosas para anfibios, reptiles, pequeños mamíferos y como no, para los hongos.

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