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Descripción

En Navarra los hayedos son árboles importantes, ya que en las tierras situadas por encima de los 600-700 metros, debería ser la formación dominante. Le gustan los climas suaves de temperaturas frescas, son independientes respecto al sustrato y la pendiente, y necesitan lugares con precipitaciones abundantes. Los hayedos necesitan humedad a lo largo de todo el año, pero esa humedad, muchas veces, no se obtiene a través de la lluvia, sino a través de la niebla. El agua que contienen las nieblas se condensa en hojas, troncos y hojarasca, y las gotas de agua finalizan en el suelo, humedeciendolo. Este proceso es sobre todo importante en verano, permitiendo soportar el periodo de estrés hídrico. Los hayedos están conformados por árboles de porte elevado y ramas anchas. Forman zonas sombrías, y el sustrato suele estar pleno de hojarasca. La sombra es tan tupida que apenas crecen otras especies, siendo el sotobosque del hayedo uno de los más pobres de los bosques autóctonos, y por ello, son bosques en los que es fácil caminar, entre otras para buscar setas.

Especie representante

El haya (Fagus sylvatica) es un árbol caducifolio. De hojas simples y ovadas, tienen el extremo de la hoja en punta. Los bordes de las hojas son enteras, en ocasiones onduladas. Las hojas jóvenes tienen pelos en los bordes. Las flores macho se sitúan colgando en pedúnculos largos formando borlas, y suelen ser blanco-amarillentas. Las flores hembras en cambio, suelen tener un pedúnculo corto, a los que se les vislumbran los filamentos.

Especies acompañantes

Tipos de hayedos en el valle de Larraun y alrededores

a) Hayedos basófilos y xerófilos cantábricos.

b) Hayedos acidófilos cantábricos.

c) Hayedos acidófilos y ombrófilos cantábricos.

Elementos del paisaje cultural asociados con los hayedos

Los trasmochos se denominan a los árboles que se podan de forma periódica cortando por fases algunas ramas (en ocasiones bastantes ramas). Los cortes se efectúan a cierta altura con el fin de que el ganado no pueda alimentarse de los nuevos brotes. Sobretodo se trasmochan las hayas, pero tanto robles como otras especies de árboles caducifolios también han sido gestionadas de la misma forma. Ésta ha sido una técnica empleada por labradores de distintos países para la obtención de madera, combustible y alimento para el ganado, sin dar muerte al árbol. Estos árboles han sido elementos identificativos del paisaje agrícola, al tiempo que forman parte de la cultura del pueblo. En cuanto a edad, estos árboles suelen ser muy viejos, y disponen de oquedades y de madera muerta, por lo tanto se constituyen como un elemento de los agroecosistemas que añade valor desde el punto de vista ecológico.

Las técnicas tradicionales empleadas para la gestión y/o protección de los árboles trasmochos se acaban de declarar Patrimonio Inmaterial de la Cultura. Está relacionada con la etnobotánica, forma parte del paisaje-cultural, conocimiento de la naturaleza, arquitectura tradicional y las técnicas de gestión/conservación, están relacionadas con técnicas artesanales que forman parte de la tradición. Esta técnica ha sido transmitida generación tras generación, y ha sabido adaptarse a los cambios sociales y técnicos. Sin embargo, no están desprovistos de amenazas, con la despoblación de los pequeños pueblos, algunos ejemplares no se han podado desde hace años y tienen un riesgo alto de cascarse con riesgo alto de morir. La gestión periódica es necesaria, en este caso la poda, pero en ocasiones resulta dificultoso, porque exige unas prácticas de gestión correctas y muy concretas. Se debería disponer de pautas claras para una correcta gestión, pero en ocasiones resulta difícil, porque existe una falta de conocimiento o mejor dicho de transmisión de conocimiento sobre el modo correcto de gestión de árboles trasmochos.

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